Érase una vez un bonito lugar en el que el sol brillaba y había animalitos correteando entre los árboles del bosque. En este lugar todo el campo es verde, el cielo siempre es azul aunque llueva y la gente va con una sonrisa en la cara, no critica, no insulta y no busca problemas… Basta de mundos idealizados de película de dibujos animados, demasiado utópico.
Ninguna de estas cosas son así, lo que es más, la vida es más bien lo contrario. Nunca nos han enseñado que la vida es demasiado dura a veces y no creo que sea una buena idea pintarle a la gente un mundo ideal porque finalmente se llevarán un golpe, por otra parte tampoco digo que desde niños haya que tratar los como adultos y decirles que la vida está llena de cosas feas y dolorosas porque tampoco es eso. Pero deberíamos mezclar un poco de ambas, no sobreproteger a los niños y decirles que todo va a ser genial y bonito, si haces esto luego se sentirán impotente ante la realidad al descubrir el mundo.
No todo el mundo es malo pero en nuestra vida nos vamos a encontrar a gente que va a herirnos aunque tal vez tú le has ayudado antes. Afortunadamente hay gente que te ayudarán y tendrás amigos y familiares que estarán a tu lado, pero hay gente que no tiene a nadie, entonces podrías ser tú quien les escuche, quien les tienda la mano cuando lo necesiten.
Forrest Gump decía que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes que te va a tocar sin embargo lo veo más como los “pimientos del Padrón” unos pican y te hacen llorar y otros no, hay momentos dulces y felices y también los hay duros.
Hay que aprender que el pasado, pasado está y si ha sido malo no tiene porque serlo tu futuro, pero si te aferras a él y piensas que siempre será igual no avanzas, debes vivir el presente con lo que venga, siendo más fuerte que tu antiguo yo y mirar al futuro con optimismo pero sin esperar en exceso de él.